Hoy en día podemos observar diferentes tipos de pruebas COVID-19 que pueden usarse según el cuadro clínico de un paciente. Cuando se nos presentan síntomas sugerentes de infección o nos damos cuenta que estuvimos en contacto con un paciente positivo, la prueba que se debe realizar, por su alta sensibilidad, es la PCR, siglas en inglés de Reacción en Cadena de la Polimerasa en tiempo real, en la que se detectan niveles asociados a fragmentos amplificados específicos de este virus SARS-CoV-2 causante de la infección que se denomina COVID-19.
Ya que nos permite detectar al virus desde el 3 día de incubación, estos es detectarlo antes del comienzo de los síntomas, y por su puesto una gran ayuda para los que no presentan síntomas (asintomáticos).
Bien, ya establecidos estos puntos volvamos a la incógnita de este blog, qué significa un PCR positivo o negativo.
Cuando una muestra sale negativa del PCR es muy fiable descartar el virus, pero siempre es muy importante valorar aspectos preanalíticos esenciales como son la correcta toma de muestra y su tratamiento antes de analizarlo, el periodo en que se encuentra la persona o los días que han pasado tras un posible contacto, entre otras cosas. Al final del día considerando que el laboratorio de análisis lo hizo de forma correcta un PCR NEGATIVO implica el descarte del virus.
Ahora bien, para un PCR POSITIVO nos indica que el paciente está en ese momento infectado por el virus y es susceptible de infectar a otros, incluyendo a personas asintomáticas, que si bien, no han desarrollado síntomas también están infectados y pueden infectar a otros.
Algo que sucede muy seguido es la PCR POSITIVA y Antígenos NEGATIVO, y claro que es posible puesto que el test de antígenos es menos sensible que el de PCR. Esto puede suceder cuando la carga viral es muy baja o han pasado más de siete días del inicio de la infección.
Y, ¿Qué sucede con las personas vacunadas?
Con la aparición de variantes, estudios recientes muestran que un pequeño porcentaje de personas completamente vacunadas han desarrollado infecciones sintomáticas o asintomáticas de COVID-19.
Lo cual, nos lleva a la siguiente pregunta, ¿las personas vacunadas pueden ser portadoras asintomáticas?
Bien pues, durante una prueba de la vacuna AstraZeneca, los investigadores tomaron muestras de los participantes cada semana y calcularon una reducción del 49,3% en las infecciones asintomáticas entre un subconjunto de participantes vacunados en comparación con el grupo no vacunado. Estos datos nos sugieren que las personas pueden tener infecciones asintomáticas incluso después de haber sido vacunadas.
Con otras variantes, los investigadores notaron una caída significativa en la carga viral en las personas que estaban infectadas con SARS-CoV-2 en dos a cuatro semanas después de recibir su primera dosis de la vacuna Pfizer, en comparación con las infectadas en las primeras dos semanas después de la inyección. El ensayo AstraZeneca también observó una mayor reducción de la carga viral en un grupo de participantes vacunados que en el grupo no vacunado.
Dando como resultado esta noticia; el 27 de julio, los CDC anunciaron que las personas infectadas con la variante Delta pueden tener altas cargas virales y están infectando a otras incluso después de estar completamente vacunadas.
Como resumen puedo decirte que; no hay que bajar la guardia falta tiempo para controlar adecuadamente esta pandemia. Vacunarse hace la diferencia, no es solo por ti si no por todos nosotros. Y monitoréate, realiza pruebas PCR siempre que puedas como prevención o como acción, incluso para las personas vacunadas que pueden ser un grupo de riesgo mayor para los que aún no lo están.
Te invito a preguntar por nuestras pruebas COVID-19 PCR en saliva, de las cuales hablaremos más adelante.
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